Capítulos Argia (son borradores y fragmentos, los originales y completos no se publican)

23 de diciembre de 2009

Ruta Sentimental (4)

Conocí a Phillip en los hoteles donde yo trabajaba de animadora turística.
Rubio y con ojos azules, algo que me desagradaba bastante, sobretodo porque era Inglés, -no es que tuviera nada contra los ingleses pero mi experiencia en los hoteles dejaba a los británicos a la altura de betún- y más aún porque había llegado tarde el primer día y lo único que se le había ocurrido era decir que se le había acabado la batería del móvil a media noche y que la alarma no le había sonado, que se había dormido.

Por aquel tiempo yo andaba como una loca con los hombres, uno aquí, otro allí, recuerdo a Rodri, un chico uruguayo de ojos azulísimos que me gustaba mucho, lo que más me gustaba era su acento de caramelo, fue una pena, era muy malo en la cama;

Davide, un italiano que cada mañana me traía el desayuno, cuando hacía 4 o 5 horas que se había ido de mi casa, era muy bueno en la cama, teniendo en cuenta que tenia 36 años, estaba casado y con una hija de 4.

Mi manía de contar mi vida personal y sexual a todo el que me decía “hola que tal?” me trajo problemas.


Mi cuerpo moviéndose al ritmo de la canción “rock and roll is here to stay”, concentrada en no equivocarme con los pasos de baile, que es lo que siempre me ocurría, entonces de repente la música paró y todos nos quedamos como en posición congelada.

-El chico nuevo de llama Phillip, es inglés, -dijo nuestra coreógrafa Sharon:

-Él trabajará con Argia de ayudante de animación.
Mi cara de “no porfavor otro inglés en el equipo de animación no!”, ya habíamos tenido bastante con aquellas dos chicas, Cloe y Sussan, que trabajando se paseaban en bikini y toalla por el hotel como una clientas más, sin serlo.

Digo que me trajo problemas hablar tanto de mi vida personal porque las que creía mis amigas se bañaron en celos y envidia con mis líos de amor y tuvieron mucho de que hablar y criticar sobre mí.
Jenny fue la peor de todas.
Fuimos amigas durante los dos años que vivimos juntas en el alojamiento que te da el hotel, la casa de los animadores, mas conocida como la casa dónde nunca se duerme ni se deja dormir.
Aquella casa sin cortinas ni calefacción, sin presión de agua decente en la ducha, con las paredes carcomidas del tiempo y de los diferentes papeles y pinturas que se habían puesto con los años.
Siempre juntas, ya sabéis, a comprar, a comer, a dormir, de fiesta, a la playa...
Buscamos un piso juntas pero al final me fui yo sola a vivir.


Phillip se acercó a mi y yo me volví hacia Dana, amiga mía y jefa de animación de un hotel cercano donde yo trabajaba, para invitarla a un cigarro.

Marc, su novio, nos siguió y detrás de él todo el ejército holandés de prácticas de animación que Sharon trae cada verano para que aprendan “la profesión”.

-Es guapu eh?, el comentario de Marc con sus ojos clavados en mi y Dana arqueando sus cejas arriba y abajo muy rápidamente con su sonrisa de “ya hemos encontrado el chico para Argia”.
Miré a Phillip y lo que ví no me gustó mucho, parecía una bola de billar con todo el pelo rapado, súper delgado, y en chanclas, con las uñas largas de los pies, sucias,y con una camiseta que ponía “PALMA BEACH” de un color mostaza descolorido con unas palmeras desdibujadas, unos pantalones negros y largos, buen atuendo para el mes de mayo; fumaba tabaco de liar.

Phillip olía de manera extraña, era una mezcla de perfume de hombre mayor y esas cosas que se cuelgan en los armarios para que la ropa no huela a rancio.



Sentado en la barra estaba Sion, compañero de trabajo; es alto, delgado y con el pelo rizado, tiene la nariz y la boca grande con los dientes un poco salidos, aún así lo encuentro bastante atractivo.
Me senté, tomamos una cerveza y charlamos tranquilamente hasta que salió el tema de nuestro amigo, en diferentes sentidos, Rodri.

-Boluda, olvidáte de él, dejálo es un niñato! Bla, bla, bla…
Hasta que al final me confeso la verdad:
-Rodri y Jenny? No puede ser! negué!
-Argia, (hubo un silencio) ya se la transó!!! (transó es una palabra que se usa en Uruguay para decir “follar”)

Me negué desde el primer momento a aceptar que una de mis mejores amigas y el chico con el que yo me acostaba, aún siendo malísimo en la cama, me la estaban pegando.
Entonces cuando yo estaba a punto de decir “se lo preguntaré a ella ” Sion me interrumpió y me dijo:
-No vayás a meterme en líos vos, que yo vivo con él.
-Tranquilo, no le diré que has sido tu.

Cogí mi chaqueta y me fui corriendo a la calle a mojar mis penas con la lluvia, entonces llamé a Aitana, amiga mía y compañera de trabajo, hacía poquito tiempo, una chica delgada, bajita, con el pelo negro y muy largo, bailarina profesional de cruceros.

Me convenció para ir a la discoteca, y también me convenció para que no le preguntara nada a Jenny si la veía.
Bajé las escaleras de la discoteca para entrar y de repente aquella chica que para mi ya no tenía nombre, que ya no existía, se acercó a mi con sus pupilas más blancas que nunca, clavando su energía en mi y me dijo:
-Are you ok?
(Jenny es un chica holandesa que hace dos años vino de prácticas y se quedó en la plantilla fija de animadores que trabajamos todo el año, y no habla español así que siempre hablamos en inglés)
Le contesté que sí y me fui a la otra punta de la barra.

Ni siquiera me acabé la cerveza, nos fuimos a casa enseguida, al salir Aitana giró la esquina hacia la derecha, yo seguí recto para abajo y por al camino a lo lejos escuché:

-Señorita!? A donde va?
Me iba a casa, con las calles oscuras y aún mojadas de la lluvia,
Davide era un hombre casado, con una hija de 4 años.

Es bajito, moreno, tiene los ojos muy brillantes y la nariz de “patatilla”,
es camarero del hotel, y desde el primer día supe que algo había en él que me gustaba, siempre he tenido predilección por los italianos, era algo muy fuerte, sus ojos se clavaban en mi todo el tiempo..
Se unió a mi caminar porque resulta que vivíamos uno cerca del otro, y durante el caminar me dijo que tomáramos una copa en mi piso y yo... no se porqué acepté.
Mi piso era pequeño, todo de Ikea, muebles blancos en el comedor, un sofá-cama lila con una funda verde a juego con el color de la pared; la cocina formaba parte del comedor separada por un barra americana de color blanco con las racholas naranjas, sonará horrible pero la verdad a mi me encantaba.
El lavabo... pequeño, lo único que pude poner fue un pequeño armario de madera con el espejo corredizo y una cortina a rallas en la bañera.
.
Nos sentamos en el sofá, en el fondo sabía que lo iba a intentar y en estos casos hay que ser muy fuerte para decir que no quieres nada.
Empezamos a hablar con la luz de la tele de fondo, fumas 5 o 6 cigarros, comes chicle después de fumar, o sea te comes 5 o 6 chicles, por si acaso llega el momento del beso, se empieza a hablar del trabajo, de la vida, de cosas estúpidas que llenan el tiempo en que las dos personas deciden que quieren hacer..
Se levantó del sofá y dijo :-Me voy.
Le miré aún sentada en el sofá y encogiendo los hombres le dije que “vale”, pero un “vale” un poco sospechoso,- ahí es cuando el tiempo se para, se ralentiza-, él se giró hacia mi y puso sus manos atrapando mi cabeza y de repente se volvió todo muy rápido.
Sus labios pegados a los míos diciéndome me tienes loco, sus manos impredecibles y muy rápidas.

Me levantó del sofá , me bajó los pantalones, se agachó...

Sus dedos en mi carne temblorosa, como aquella imagen de una mano un poco ruda en un muslo de piel lisa y tersa, como una boca desesperada de saciedad intentando abarcar más de lo que puede.
Sus dedos y su lengua entre mis piernas, mi mirada clavada en el techo, mi boca abierta de placer…

No paraba de repetir, te voy a comer, me tienes loco etc...
Entre sollozos de placer le pregunté, -que pasa con tu mujer?
No contestó. Se levantó me cogió en brazos y me llevó a la cama.
La puerta se cerró detrás nuestro.
Se volvió a abrir la puerta, con su uniforme de camarero, su pelo intacto, fumando, como si nada hubiera pasado, listo para meterse en la cama con su mujer.
Hasta mañana, beso y la puerta de la calle se cerró entre los dos, él fuera, yo dentro.
Me dormí.

Con los primeros rayos de luz me despertó el timbre.
Voz ronca y dormida, por dios quién es ahora.
Me había traído el desayuno después de dejar a su hija en el colegio.
Mi pelo a lo escarola, con mi piel sin maquillar, calor....
Dejo café y cruasanes, se marchó.
.
Entonces poco me importaba Rodri cuando no me había costado mucho irme con Davide, no? La verdad no lo sé, sólo estaba confundida y entonces decidí que iba a jugar un poco con los dos.

Aquella noche y aquella mañana se repitieron durante dos meses.

1 comentario:

RR dijo...

Me ha encantado, sigue con el relato por favor...permites que me ponga en el lugar de la chica...sigo diciendoi que eres muy sensual....me encanta como describes las escenas xq no me cansan...besitos

Empecé a escribir porque me daba miedo expresar en palabras lo que sentía.

Argia tiene una vida interior complicada y llena de controversias.
Su punto de locura es a veces incomprensible.
Se mueve por impulsos.
Aunque todo vaya mal siempre encuentra una salida por donde escapar.
Argia, como su nombre indica es la luz del miedo, la voz de historias que sobrepasan lo cotidiano.
Fresca, directa y sin censura alguna.
Una vida perdida entre los sueños, en su realidad apartada del resto del mundo.