Argia nació en el núcleo de una familia de clase alta, rodeada de comodidades y facilidades que al final solo le han complicado la vida.
Se crió entre negatividad, pesimismo y desanimo.
Fue una niña inquieta y muy movida, sus padres lucharon porque aquella niña fuera algo que no en realidad no era.
Argia nunca consiguió caerse, nunca se hizo daño para que su mamá la curara, nunca jugó con otros niños en restaurantes o sitios públicos porque sus padres no la dejaban moverse de la silla.
Nunca pudo vestirse como ella quiso, siempre la vestían y le compraban la ropa.
A sus 14 años tuvo su primer ataque de pánico, así hasta las 24, diez años de pastillas y de psicólogos, de controles, de amargura.
La cuidaron mucho, le dieron muchas atenciones pero no la entendían.
Como una niña que lo tiene todo puede estar así?
A sus 22 años se fue de casa, a trabajar fuera.
Argia no sabe si le gustan los hombres o las mujeres, o los dos, pero jamás se atrevió a preguntárselo dos veces por si acaso, prefirió vivir una vida que no era suya por no hacer sufrir a su família, estuvo con incontables hombres, hasta que la conoció a ella.
Argia quiere morir por alguna razón.
No quiere vivir algo que no es suyo.
Quiere morir y es muy probable que lo consiga.
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