Las cosas no están bien ahí fuera, el tiempo está dormido, estoy inmersa en una línea de silbido agudo, mi corazón depende de que esa línea suba y baje cada día al ritmo justo para que pueda oxigenarme y seguir muerta en vida.
De nuevo la nube se derrama por la comisura de mis labios y siento fuertes golpes en mi nuca, mi cuerpo agarrotado, mis piernas bailan al son de la convulsión y mis ojos torneados se descosen por un momento dejando entrar la luz pálida de la sala donde he vivido los últimos meses.
Su olor dulce, a coco, me acompaña en este despertar que no acaba nunca, ya ni siquiera tengo sueños, estoy metida en una caja de la que no consigo salir.
Un río seco, un camino sin delimitar, hojas sin ramas, ramas sin hojas, piedras sin suelo donde sostenerse, una ventana sin nada al otro lado…
1 comentario:
Amiga Argia es muy triste lo que escribes..A veces tenemos que tener la ilusion y pedir cambios positivos yo he escrito una carta a los reyes magos y en ella para ti le pido un saco lleno de ilusion la ilusion es la maquina que lo mueve todo.
Un abrazo!!
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